Traducir un cómic o una novela gráfica requiere de un trabajo en el que hay que prestar igual atención a todos los códigos de comunicación que utiliza. No se trata solo de traducir literalmente la narrativa, sino que se realiza una ‘traducción subordinada’. En ésta influyen otros aspectos como el espacio y el margen de desviación que se dispone.
¿Qué factores influyen en la traducción de un cómic?
Cada idioma tiene sus propias características que se reflejan en los diferentes elementos de la obra. El espacio en el que se organizan los gráficos y los textos, son un claro ejemplo. Para traducir un cómic es necesario adaptar ese texto al nuevo lenguaje, pero además hacer que también se adapte al globo de texto manteniendo la estética del autor. Los tamaños y formas de estos serán variables y cada frase debe ser traducida sin que pierda el sentido. Si en el original son demasiado ajustadas, no queda demasiado lugar para modificar en la traducción.
La longitud de las palabras o de la expresiones varían de un idioma a otro lo que puede generar una amplitud de caracteres que inevitablemente alteran la viñeta original. En algunos casos se opta por la reducción del texto traducido, el uso de paráfrasis, sustituir números por cifras, quitar letras a expresiones, entre otras.
Los cambios que afecten a la estructura de identidad del cómic, tebeo o novela gráficas que se traduce, deben ser consensuados y previamente autorizados. Un cambio de color, de fuente, de tamaño en la letra son modificaciones que afectan directamente sobre la imagen que el público pueda tener, sobre la marca misma. Es por este motivo, que no será decisión de los traductores, sino más bien de la editorial o autor.
Es factible que una misma obra resulte más breve o más extensa según el idioma al que se la traduzca. Esto se corresponde directamente con a las características lingüísticas de cada uno y las habilidades del traductor para hacer su trabajo de la forma más similar posible.
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