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En 2016 fue ganadora del Premio Nacional de Narrativa; en 2020, HBO estrenó una serie basada en ella y el mismo año se publicó la novela gráfica adaptada por Toni Fejzuela. Así debemos comenzar para referirnos al gran éxito de la novela de Fernando Aramburu, que presenta de manera acertada un retrato de la fractura social provocado por ETA en el País Vasco durante sus últimos treinta años de actividad.
Trama:
La novela gráfica narra la historia de dos familias que fueron muy amigas, pero a las que la violencia terminó enfrentando. El día que ETA anuncia el abandono de las armas, una anciana vuelve al pueblo del que se marchó para intentar descubrir quién fue el encapuchado que asesinó a su marido hace treinta años, lo que volverá a reabrir viejas heridas entre los habitantes de la localidad.
Por un lado, tenemos a Bittori, madre de Xabier y Nerea. Del otro, Miren y Joxian, padres de Joxe Mari, Arantxa y Gorka; también está Txato, marido de Bittori, asesinado por ETA años atrás. Este hecho, junto a la pertenencia de Joxe Mari a la banda terrorista, son las principales razones por las que estas dos familias se encuentran tan lejos la una de la otra.
Estructura:
A diferencia de la novela de Aramburu, que consta de 650 páginas, la versión gráfica de Fejzuela posee solo 300; el esfuerzo titánico por resumir y seleccionar los diálogos que corresponden a cada capítulo dio como resultado una obra magistral que ha sido alabada por los lectores y que no tiene nada que envidiarle a su versión original.
Cada personaje funciona como protagonista y parte de la historia de los demás; se nos van contando diferentes episodios de sus vidas en un desorden cronológico, con saltos temporales significativos. Así, somos testigos de diversos hechos ocurridos antes y después del asesinato de Txato, los que nos permite ir armando un puzle que toma forma a medida que avanzamos en la lectura.
Los personajes están perfectamente construidos; el autor permite a cada uno expresarse dentro de su propio espacio, lo que al finalizar la lectura nos deja con la sensación de conocer a cada uno como si existieran de verdad: qué piensan, cómo piensan, por qué actúan de tal manera, qué les provoca miedo, su ideología, sus valores…
El color como herramienta narrativa:
Como buen ilustrador y narrador, Fejzuela saca el máximo partido a los colores, haciendo valer su función emotiva según el sentir de cada personaje y aportándonos así información extra de manera implícita. Por ejemplo, las páginas en las que habla Bittori van siempre en tonos azules con el fin de representar la tristeza de la mujer ante los acontecimientos que le ha tocado vivir. Por otro lado, Fejzuela presenta a Miren a través del color rojo, representativo de la rabia u odio: su hijo está en la cárcel tras haber sido apresado por formar parte del grupo terrorista.
«Cuando pensé en presentar a los personajes la primera idea fue usar un narrador, pero lo deseché al darme cuenta de que todo se podía contar a través de las imágenes. Por eso decidí poner un color a cada personaje, que está vinculado a su estado emocional y a su función en la novela: la tristeza, la ira, la confusión, la cobardía, la alegría…», dijo en una entrevista a RTVE en 2020.
«Además —añade—, los personajes tienen un color similar a otros con los que comparten cercanía o sentimientos… o tienen colores opuestos justamente por lo contrario, porque no tienen empatía. Y esos colores terminan dominando las escenas- La única excepción en ese tratamiento del color es “El Txato” (la víctima del atentado), que es un personaje fantasma pero también sobre el que versa la historia».
Es que Fejzuela entiende muy bien el concepto «patria»; Toni nació en la antigua Yugoslavia y, aunque lleva 27 años viviendo en Barcelona, confiesa que los temas del libro le tocaban muy de cerca: «Me pareció una historia muy emocionante porque me sentí identificado por el tema de los nacionalismos y pensé que podía aportar cosas en ese sentido, porque mi familia tuvo que huir de Yugoslavia por la guerra».
¿Habéis leído ya esta novela gráfica?
Leí el libro, vi la serie, solo me falta leer la novela gráfica. gracias por la recomendación! Es genial cuando sacan una obra en diferentes formatos, la lectura nunca es la misma.
Siiiiiiii yo estoy igual. Ya me leí la novela gráfica y flipé. y lo de los colores que aquí dicen, es cierto, es alucinante como los colores influyen mucho en lo que transmite cada personaje. es una experiencia absoluta. léelo, no te defraudará 😉