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Elementos del pasado
Desde las culturas más antiguas se utilizaban los dibujos para transmitir historias entre las generaciones. Quizá en los mismos jeroglíficos podamos encontrar los orígenes de los cómics y de las novelas gráficas actuales. Desde dibujos tallados en piedras hasta las encuadernaciones más pintorescas de la actualidad. La narrativa que se vuelve más compleja, recursos que se incorporan con el paso de los años y tramas que envuelven a los lectores en todos sus sentidos.
¿Por qué surge el concepto novelas gráficas?
Responde a una necesidad de diferenciar los cómics de una obra que también combina texto e imágenes, pero con una semejanza a la novela tradicional. El concepto se aplica a verdaderas obras literarias en formato de cómic que llega a un público adulto y abre el abanico de temáticas.
¿Cuándo surgen las novelas gráficas?
Las fechas exactas del nacimiento de las novelas gráficas no es una certeza. Existen al menos tres obras que son mencionadas como las pioneras del nuevo género.
- El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld, publicado en 1.957
- Bloodstar de Richard Corben en el año 1.976
- Contrato con Dios de Will Eisner, su aparición fue en el año 1.978 y mucho la consideran como la irrupción de este género en el segmento de lectores adultos
¿Cuáles fueron las principales diferencias del nuevo género?
- Son historias que apuntan a un público maduro
- Siguen la estructura de una novela, comienzan y terminan con un cierre específico de la historia, es autoconclusiva
- Las temáticas son profundas, controvertidas, requieren de un esfuerzo de conexión de los lectores
- Tienen una extensión mayor por lo que se necesita una continuidad de la obra
- Mayor libertad de los autores al escribir sus guiones
Las editoriales
El gran impulso de las novelas gráficas, más allá de sus autores, estuvo dado por las famosas editoriales que ya publicaban cómics con anterioridad. No cabe duda que las grandes del mercado son Marvel y DC Cómics.
¿Tienes tu novela gráfica de cabecera?
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El primer libro que me regalaron fue un cómic de Dylan Dog, yo tenía solo 14 años y como es subidito de tono mis padres no me dejaron leerlo hasta que fui mayor de edad. En su reemplazo me regalaron unas revistas de Mafalda, gracias a Mafalda aprendí mucho sobre la vida, la gente… ahora, a mis 37 años, Mafalda sigue siendo mi cómic de cabecera, porque no importa la edad, los chistes y temas son eternos.