Como autor de la novela gráfica La prisión mental, no tengo por menos que dedicar unas líneas a la editorial gracias a la cual mi obra ha visto la luz con éxito de crítica y ventas. Desde esta web dedicada a este género tan difícil para el autor y para la editorial, agradezco a todos los profesionales que conforman el equipo de Editorial Adarve el trato que me han dispensado en todo momento y su paciencia ante lo laborioso de un libro de esta naturaleza.
Los cientos de viñetas que conforman mi libro han salido a la luz con un sobresaliente, después de numerosos ajustes que han permitido unas imágenes completamente nítidas y unos textos cuidados, impolutos.
La prisión mental surge como un proyecto ambicioso para un autor como yo, que hasta ese momento, había colaborado con publicaciones de gran nivel y ahora me las tenía que ver, en solitario, con el devenir de mi propia obra. Al principio, confieso, alojaba ciertos miedos y no poca inquietud por lo que pudiera suceder durante el transcurso de la edición de mi obra, ahora en manos del equipo de Editorial Adarve. Poco a poco mis dudas fueron disipándose y se tornaron en confianza plena; Editorial Adarve estaba sabiendo enfocar mi obra tal y como la concebí.
Una de las cosas que, en justicia, debo destacar de Editorial Adarve es su capacidad, merced a sus años de experiencia, para matizar algunas cuestiones que un autor no tiene por qué conocer y que se refieren a la tipografía, tonalidades y un largo etcétera de aspectos con los que solo unos profesionales pueden estar familiarizados. La elección de ciertas fuentes, la manera de resaltar una sinopsis, los tonos, contrastes, etc… Son cuestiones que pueden parecer baladíes pero que son las únicas capaces hacer resaltar un manuscrito hasta convertirlo en un libro a la altura de los grandes.
Ahora que preparo mi segunda novela gráfica, quería dedicar unos instantes a reconocer el trabajo silencioso de los profesionales de Editorial Adarve y animarles a que sigan el camino, ya trazado, de una editorial que trabaja a la manera tradicional, sin desdeñar los avances que le procuran las nuevas tecnologías.